En el mes de la mujer y el reconocimiento del derecho de género es importante hablar sobre un tema de interés que es una contante en nuestra sociedad actual: la brecha salarial. 

La brecha salarial de género se define como el porcentaje de dividir dos cantidades: la diferencia entre el salario de los hombres y las mujeres, dividida entre el salario de los hombres. 

Esta diferencia resulta hasta cierto punto incómoda para mujeres y hombres, el reconocimiento profesional es un derecho al que muchas mujeres no acceden por el hecho de ser mujeres.  Aunque las leyes laborales y los derechos de los trabajadores han avanzado significativamente en los últimos años, aún existe una brecha salarial entre hombres y mujeres que no puede ser ignorada. En México solo el 45% de las mujeres en edad productiva trabajan, en comparación con el promedio de 78% de los hombres mexicanos, según datos de la OCDE. 

 Esta cifra es inaceptable y demuestra que aún queda mucho por hacer en materia de igualdad de género en el ámbito laboral. Además de ser una cuestión de justicia social, la brecha salarial tiene consecuencias económicas negativas tanto para las mujeres como para la sociedad en general. Las mujeres tienen menos poder adquisitivo, lo que afecta a su calidad de vida y a la de sus familias. Además, la brecha salarial implica una pérdida de talento y habilidades en la fuerza laboral, lo que tiene un impacto negativo en la economía en su conjunto.

Es fundamental que se tomen medidas para reducir la brecha salarial. Esto implica una mayor transparencia en los salarios, así como políticas que promuevan la igualdad de género en el ámbito laboral. Es necesario fomentar la igualdad salarial, la igualdad de oportunidades y la igualdad de trato entre hombres y mujeres en el trabajo.

En definitiva, la brecha salarial es una realidad que incomoda y que debe ser erradicada. La igualdad de géne